PALABRAS APERTURA EXPOSICIÓN DE FOTOGRAFÍA
Por Wilson Gómez Moreno
wilgomor@gmail.com
“Nadie jamás descubrió la fealdad por medio de las fotografías” ha dicho SusanSontang y continua “pero, muchos por medio de las fotografías, han descubierto la belleza (…) lo que mueve a la gente a hacer fotografías es el hallazgo de algo bello." No obstante, tras esta afirmación en apariencia persuasiva puede esconderse una conmovedora paradoja: hermoso puede ser también el horror o la experiencia dolorosa que toca el límite de la muerte. Diane Arbus, Joel-Peter Witkin o David Nebreda para mencionar solo unos ejemplos representativos nos enfrentan con sus fotografías a una estética que muchos podrán señalar de perversa o desquiciada pero, de modo alguno indiferente. Nuestra frágil naturaleza humana se mueve precisamente en esa tensión tan clara para los griegos: Eros y Tánatos.
Aunque por muchos años se insistió en que la fotografía era, de algún modo, una copia de la realidad, los grandes artistas nos demuestran una y otra vez en casi 200 años de historia, que una fotografía, como una obra musical o una escultura, es siempre e incuestionablemente una invención, una creación que re- significa lo retratado, que re-significa la conciencia del mundo y ese es precisamente, a mi manera de ver, el logro más importante del encuentro con Ruven Afanador: Cuando intentamos penetrar el mundo con la lente fotográfica, el impulso obturador está provocado por el deseo, por el placer, por el miedo, de allí que el maestro no se detuvo por un instante siquiera en la minucia técnica de la herramienta o en el despliegue suntuoso de una posible teoría. El maestro Afanador que sabe su oficio, que se consagra con el alma a crear su propio y original universo estético, nos sugirió sabia y discretamente los secretos, estuvo a nuestro lado mientras improvisábamos la tarea y nos corrigió con la prudencia y el respeto de los grandes seres humanos. Nos dejó claro que la belleza es, de muchas formas, una construcción sólo posible en el diálogo entre lo que se retrata y un Yo fotógrafo conmovido por el deseo estético de comunicar. Es esta experiencia, la de sentir con la cámara, el compromiso al que debemos aspirar estos afortunados aprendices.
Aquí estamos como chiquillos expectantes al final de la jornada escolar con nuestro trabajo, nos volvemos a reunir para replantearnos nuevos proyectos, nuevos encuentros, nos reunimos para celebrar la magia del acto creador solo posible en los seres humanos, es decir, nos reunimos para celebrar la vida
Qué gratificante es para nosotros como fotógrafos hacer parte este selecto grupo de aprendices. Nuestro más sentido agradecimiento a la Universidad Autónoma de Bucaramanga, a ULIBRO,al maestro Saúl Meza la Maestra Lucila González Aranda, al Museo de Arte Moderno de Bucaramanga y a la Revista Fucsia por abrir nuevas ventanas que hagan visibles estos ambiciosos proyectos artísticos, que usted maestro Ruven Afanador está impulsando. Gracias por su generosidad.
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