Rosabel Martínez Pinzón
Sin Nombre
Mientras la fotografía fija un instante, el movimiento de la imagen desdibuja y borra. La velocidad del disparo no alcanza a la velocidad del pensamiento, de la evocación y renuncia a la perfección. La acción se lee por la ausencia de lo que no se ve, aquello que solo se presiente; y el lugar, que se insinúa en el vacío, es habitado por un rostro que se convierte en forma pictórica, en un retrato. Alberto Borja
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